Sin duda la nueva distribución política- electoral del Estado de México se centró en su zona norte, donde el PRI con sus aliados recuperaron los municipios emblemáticos de Atlacomulco y Acambay. Y se extendieron en una franja que va desde Ixtlahuaca hasta Polotitlán con un rojo intenso que se puede ver en los cuartos de guerra de cada campaña.
Todo el poder al norte es la conclusión a la que orillan los resultados alcanzados el pasado domingo y que se reafirma con la entrega de constancias de mayoría a partir del cómputo oficial del Instituto Estatal Electoral.
Cada uno tiene su historia y hoy se puede decir que muchos de ellos que llegaron a ganar pasaron antes por la
bendición del Señor del Huerto como lo hizo en su momento Arturo Montiel o el mismo ex Presidente Enrique Peña.
Marisol Arias Flores en Atlacomulco;
Abuzeid Lozano en Ixtlahuaca;
Jesús Cedillo González en Jocotitlán;
Javier Jerónimo Apolonio en San Felipe del Progreso; Maribel Alcántara Nuñez en Acambay; Jorge Osornio Victoria en Aculco; Rodolfo Nogues Barajas en Jilotepec; Felipe Sánchez Dávila en Jiquipilco; Ruth Salazar Garcia en El Oro; José Luis Espinoza en Temascalcingo; Isaías Lugo Garcia en Timilpan; Ana María Vázquez en San José del Rincón; Andri Correa en Villa del Carbón; Miriam Garcia en Morelos; Teresita Sánchez Barcena en Polotitlán.
En estos municipios el PRI fundamentará su regreso al partido hegemónico y al voto verde que le genere para las próximas elecciones el peso político necesario que lo haga competitivo, pues de lo contrario no habrá futuro para el tricolor que en breve dejará de ser aliado del PAN y PRD, en cuanto suelten sus aspiraciones a gobernador.
Los operadores en esta zona norte tuvieron mucho que ver en la recuperación de los municipios y Distritos electorales a nivel local y federal. Están bien identificados y se ponen en primera línea de la sucesión gubernamental.
Cada quien en sus municipios encomendados pudieron entregar buenas cuentas. Ricardo Aguilar Castillo, Gustavo Cárdenas Monroy, Miguel Sámano Peralta, Pepe Manzur, Elias Rescala, Hector Velasco Monroy e Ismael Ordóñez Mancilla.
A cada uno se les vio peleando la plaza donde Morena se había acuñado con el efecto Obrador del 2018, a cada uno de ellos que pidieron el voto para el PRI y sus aliados se les vio en reuniones pequeñas pero también en grandes concentraciones y cierres de campaña.
Hoy tienen una bolsa llena de votos que representa la confianza de la gente que pronto les demandará el cumplimiento de sus promesas de campaña.