Los meteorólogos, vislumbran que el ambiente político electora se lleva en medio aguas agitadas, fuertes vientos, muchos nubarrones y truenos, que afectan a los candidatos.
Los Doctores dan sus terapias para posibles gripas y contagios, que hacen que candidatos se bajen por mala salud.
Por: Domingo Giordano Vélez
Los procesos electorales siguen su curso y continúan registrándose hechos que presagian que durante la jornada electoral del 6 de junio el clima político electoral estará bajo la bruma, con posibles tormentas en unos lugares, en otros la temperatura se podría elevar bastante provocando golpes de calor, y en algunas regiones pudieran presentarse fuertes chubascos, aunque el meteorológico nos pudiera dar la noticia de que los electores podrán votar con un cielo azul despejado y aparecerá el sol, en casi todo el país.
Y aun cuando las campañas que realizan los interesados de renovar los poderes y unos muchos refrendar el cargo, hasta el momento se encuentran en un punto de ebullición; en paralelo, hemos recibido una importante noticia, que bien pudiera ayudar a que los electores tengan la confianza para estar puntualmente en cada una de las casillas que se deberán de instalar cerca de sus domicilios.
Sin duda alguna, la buena noticia es que una de las condiciones climáticas de esta elección en que se elegirá o reelegirá a integrantes del Congreso federal, Congresos locales y ayuntamientos, radica en que hay luz verde sanitaria en alrededor del 50% las entidades del país; esto significa que será posible circular entre el semáforo epidemiológico amarillo y verde, principalmente, porque se han reducido las posibilidades de riego sanitario, de ahí que entre el 24 de mayo y el 6 de junio, 15 entidades estarán en semáforo de riesgo medio, y otras 16 con bajo riesgo, y sólo una permanecerá en naranja.
Eso no implica que debemos de bajar la guardia. La ciudadanía podrá presentarse ante los funcionarios de casilla de la sección a la que pertenezcan, cumpliendo con el protocolo de las medidas sanitarias (mascarillas y uso de gel antibacterial, además de la sana distancia), aunado a ello, para evitar un posible contagio únicamente deberán mostrar su credencial de elector, y una vez que tengan en sus manos las boletas electorales respectivas, las podrán marcar por el candidato de su preferencia con su propio bolígrafo, cuidando que no se utilice con tinta de gel pues puede escurrirse de haber humedad, y ni tampoco se borre.
No se debe bajar la guardia, aunque mucha gente podrá acudir a votar con la seguridad de encontrase inmunizados, como son las de 60 años para arriba, quienes pertenecen al magisterio, así como los cuerpos médicos, o aquellas personas que iniciaron y quizá terminarán con el ciclo de inmunización en los casos que deban recibir las dos dosis, como son el segmento de 50 a 59 años.
Las buenas, las malas… y las peores
Las buenas. La vitalidad de los electores de 60 años para arriba, ha sido renovada con la inmunización recibida contra el Covit, y pueden estar ciertos de que no se les va a ver con malos ojos en las casillas, pues con la información que se diseminó durante buena parte de la pandemia (tanto cierta como falsa), se llegó a generar la percepción de que son el sector más vulnerable y uno de los principales difusores del Covit; por tanto deben estar completamente seguros de que podrán sufragar como cualquier otra persona que tenga buenas condiciones de salud.
Incluso, algunos ciudadanos podrán ejercer lo que han denominado Voto Preferente, porque quienes acudan a las casillas a votar y se observa que presentan alguna discapacidad, los adultos mayores, además de las mujeres embarazadas, o quienes tengan algún menor lactante en brazos, no tendrán que hacer fila para emitir su sufragio.
La mala. Que la semana pasada el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dijo “que a pesar de estar inmunizados o haber adquirido la enfermedad de COVID-19, las personas podrían volverse a contagiar, ya que no se conoce cuánto tiempo dura la inmunidad”.
La respuesta. Si el Doctor rockkero no conoce y está cierto de que se registren contagios aun cuando se encuentra inmunizado, tampoco puede asegurar lo contrario, y esto se puede tomar como un discurso que tiene como fin desalentar la votación, y al mismo tiempo al decir o afirmar que se puede volver a infectar, entonces: DE NADA SIRVIÓ LA VACUNACIÓN, ni todos los esfuerzos desplegados por la misma instancia de salud en la que se encuentra como funcionario público y responsable de esa tarea.
Con esta narrativa trata de descalificar también el trabajo realizado por los gobiernos locales y la población, dado que éstos enfocaron sus baterías a mejorar las condiciones para que el Covit tuviera una barrera y disminuir su diseminación, así como sus efectos en hospitales, personal médico, además de los padecimientos en las familias que tuvieron parientes atacados por el virus, y que hasta en muchos casos fallecieron, así como en la población en general afectada por la pandemia informativa del Covit.
La peor. Con lo dicho desde la instancia electoral federal que “a pesar de la violencia, las elecciones no están en riesgo”, e incluso es preocupante, con lo que se reconoce que existe un ambiente muy alterado, lo que se contrapone al discurso desarrollado desde otras instancias gubernamentales que tienen la intención de disminuir las tensiones, ya sea procurando seguridad a algunos candidatos y/o candidatas, o aclarando que deben de seguir algún protocolo para que se les brinde dicha protección.
Y es que, hasta el momento, quienes sufren los efectos de las malas prácticas electorales son quienes representan a los partidos políticos, las coaliciones, o buscan su nominación bajo la figura de la candidatura independiente.
¿Acaso desde el hospital ubicado en Tlalpan el Doctor que lo dirige busca generar una terapia de choque para mejorar la salud del sistema electoral, sacudiendo desde sus cimientos al sistema político mexicano? Simplemente, es una pregunta que quizá tenga respuesta el 6 de junio.